Villalmanzo

A tan solo unos minutos de Lerma y muy cerca de la autovía A-1, se encuentra Villalmanzo, un pequeño y acogedor pueblo de la provincia de Burgos que conserva todo el encanto de la tradición castellana. Rodeado de campos de cereal, viñedos y montes suaves, Villalmanzo es el lugar perfecto para una escapada tranquila en contacto con la naturaleza y la historia rural.

Un paseo por sus calles y rincones

Al llegar a Villalmanzo lo primero que se percibe es el ambiente apacible que se respira en cada rincón. El pueblo está bien cuidado y cuenta con varios espacios para disfrutar en familia o con amigos. Uno de los más populares es El Prado, una amplia zona de recreo con merenderos, bancos, árboles y un parque infantil. Ideal para hacer una parada, organizar una comida al aire libre o simplemente sentarse a escuchar el canto de los pájaros junto al pequeño arroyo que lo cruza.

Las bodegas y cuevas: un viaje al subsuelo

Villalmanzo es también tierra de bodegas y cuevas excavadas en la tierra, un patrimonio tradicional que nos habla de la cultura del vino y de las antiguas formas de vida de la zona. En las laderas del pueblo aún se conservan varias de estas bodegas subterráneas, muchas de ellas todavía en uso para conservar vino y productos caseros. Aunque en general son de propiedad privada, es posible ver algunas desde el exterior y comprender el valor histórico y etnográfico que tienen.

La Iglesia de San Andrés Apóstol

Dominando el paisaje del casco urbano se encuentra la Iglesia de San Andrés Apóstol, un edificio de origen románico con reformas posteriores que mezcla estilos gótico y barroco. Su torre campanario, visible desde buena parte del entorno, es uno de los símbolos del pueblo. En su interior se pueden contemplar retablos e imágenes de valor artístico, además de respirar ese ambiente de recogimiento propio de los templos con historia.

Fiestas con sabor a tradición

Villalmanzo celebra varias fiestas a lo largo del año, siempre con un ambiente acogedor y festivo. Las más destacadas son:

  • Las fiestas patronales en honor a San Andrés, el 30 de noviembre, aunque suelen trasladarse a verano para facilitar la participación. Se celebran con verbenas, comidas populares, juegos tradicionales y actividades para todas las edades.

  • Las fiestas de agosto, que reúnen a vecinos y visitantes en torno a actuaciones musicales, concursos y momentos de convivencia. En estas fechas, el pueblo cobra vida y muestra su cara más alegre y hospitalaria.

  • Además, se celebran otras tradiciones como la Semana Santa con sus procesiones sencillas, y la Fiesta de la Primavera, organizada por asociaciones locales con un marcado carácter familiar.

Un pueblo con sabor auténtico

Villalmanzo no es un pueblo turístico en el sentido tradicional, y precisamente por eso conserva ese aire auténtico que tanto se busca cuando uno quiere desconectar. Sus bares de toda la vida, su tranquilidad, su gente amable y su entorno rural lo convierten en un excelente punto de partida para descubrir la comarca del Arlanza.

Ya sea para pasear, para descansar, o para disfrutar de un buen asado en compañía, Villalmanzo le espera con los brazos abiertos.

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